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Como dijo Benjamin Franklin:

"La cerveza es la muestra de que Dios nos ama y quiere que seamos felices".

martes, 1 de octubre de 2013

El sabor perdido, un poco de historia.



Hola queridos todos.

Esta entrada contiene un pedacito muy, pero que muy breve de historia. Y como siempre pasa, la historia depende de quién la cuente. Yo, no soy historiador y no me muevo por instintos de conservación de los principios propios, ya que mis principios, si no os gustan, tengo otros (como argumentaba Groucho Marx). Es por eso, que me voy a ceñir a transmitir todo cuanto he leído y se me ha comunicado de forma verbal (cómo manda la tradición hebrea).

En el principio, la cerveza era un alimento de consumo cotidiano en muchas culturas. Desde la antigua Mesopotamia hasta no hace tantos siglos, era un producto que se elaboraba con diferentes usos y aplicaciones. Entre ellos, uno de los más extendidos era ser ofrendada a los dioses.
Y no solo se relaciona este bebedizo con ceremonias religiosas, ya que también ha pasado por la medicina como tónico y reconstituyente, aplicaciones cosméticas, base de elaboración de algunos platos, etcétera.

En los conventos de monjes y frailes, la cerveza estaba considerada un elemento primordial en la vida cotidiana. Tengo entendido, y no creo equivocarme cuando digo que habían 3 tipos: La Prima melior, reservada para los señores y huéspedes importantes. La secunda, reservada a los hermanos. Y la ternia, consumida por los peregrinos. En la cuaresma, no se permitía ingerir sólidos y habían de sobrevivir esos
40 días de ayuno con tan solo 4 litros de este brebaje como único alimento diario. Tengamos en cuenta, que estamos hablando de cervezas que se podrían cortar con el borde de una cuchara sopera, con lo que hablamos de grandes cantidades de alimento en cada trago, pero también de unas graduaciones alcohólicas elevadas, con lo que no me extraña que muchos hicieran boto de silencio (por si decían tonterías), jejeje.

Antes de la llegada del lúpulo, como conservante, a la cerveza se le añadía gruit, una mezcla especifica de hiervas elaborada expresamente para eso. Su receta se basaba en  hojas , raíces, bayas y semillas de diversas plantas que conferían sus propiedades al caldo. Las cantidades dependían de la receta, que por lo general, eran secretas y solo el maestro gruitero era capaz de elaborarlo.

Eso empezó a cambiar con la llegada del lúpulo y su introducción como alternativa más económica y fácil.

Aquí viene la controversia...

La cerveza, comenzó contener lúpulo a partir del siglo catapún chimpún. Siento ofrecer esta porquería de concreción en la cronología, pero es que no hay quien se aclare con las fechas cuando unos dicen que comenzó allá por el siglo VIII y otro dicen que fue en el siglo X... Lo que está más que claro es que fue a finales de la Alta Edad Media. Hasta unos siglos después, más concretamente en el S.XII (de esto nadie tiene discusión) no se constituyó como único aditivo de la cerveza haciendo las veces de conservante, aromatizante y saborizante.

Durante esos siglos, la producción de cerveza tenía dos estilos que "convivían" como podían: El elaborado con grut/gruut/gruit/o como quieran llamarlo los "entendidos", y el elaborado con lúpulo.

Volvemos con la controversia, porque nadie se pone de acuerdo en el origen real de la adición de esta flor resinosa a la receta, ya que unos alegan que fueron los monjes, conocedores de las propiedades de esta planta (como buenos boticarios y herboristas). Otros que fue una monja del convento de San Ruprechtsberg, en Suiza (Sor Hildegarde), la que lo hizo, el secreto se escapó de las paredes del convento de alguna manera. Otros aseguran que fueron los escandinavos los que introdujeron esta planta en Europa como aditivo... Yo, no soy nadie para decir quién fue y cómo lo hizo. Solo puedo dejar los conocimientos adquiridos para que vosotros, mis queridos os hagáis una idea aproximada. Además, no he abierto esta entrada para hablar del lúpulo, sino del (como se conoce en la península) gruit.

El tiempo a causado cambios considerables en las recetas y en el producto que nos llega hoy a nuestras bocas. Podríamos considerar que para mejor, pero eso no lo sabremos nunca, porque no podemos catar esas antiguas recetas. Un que, ahora tenemos la posibilidad de darnos una alegría con "Gruit, El sabor perdido".

Gruut, (o Gruit, tan y como se comercializa aquí), es una pequeña brouwerij belga que ha recuperado esas antiguas recetas del grut y lo ha substituido por el bien amado humulus lupulus del que tanto se depende para hacer cerveza. Ya se que no es lo mismo que probar las antiguas, pero casi me alegro, porque ya sabemos que durante largo tiempo hemos adaptado nuestros paladares a sabores más refinados, y dudo que tuviéramos cuerpo para catar una jarra de esos brebajes de antaño, ya que según se entiende, eran algo más fuertes en sabor y densidad.

Con cinco variedades (cuatro de ellas sin naaaaaaaaada de lúpulo (tan solo Inferno lleva un poco para amargar) se ha introducido en el mercado haciéndose un hueco en nuestros paladares.

Parafraseando a Àngel Llacer, soy fan, fan, pero fan de poster. Sobre todo de la Amber. No es ningún secreto que me encantan las rojas y las ambarinas. A mi santa madre, le pirra la Bruine, y así me lo hace saber caaaaaaaaada vez que pasa por mi tienda a llevarse alguna cerveza para la cena. Tengo un cliente que cuando viene, se lleva dos o tres de la Wit. Las que menos éxito tienen, son la Blonde y la Inferno. No por ser malas cervezas (que si lo fueran ya digo que no las tendría en la tienda), simplemente es porque la gente de por aquí prefiere tostadas, y la Inferno... son 9 grados de cerveza rubia dorada algo amarga y cuesta... Los que quieren cervezas fuertes prefieren Duvel, Judas, Gulden Draak, etcétera. Como me ha comentado un cliente hace menos de una hora, para gustos, colores. Y yo siempre digo, para gustos, estilos.

Bueno señores. No me quiero entretener más que me hago largo y pesado.

Espero que os guste la entrada del blog, si no os gusta, os aconsejo leer otras entradas, que seguro os satisfarán más.

Buena semana, buena birra y no hagáis maldades, como dejar caer una cerveza (excepto si es una Cruzcampo, si es una Cruzcampo podéis romper todo un lineal. Eso sí, luego apoquinad con las consecuencias).

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