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"La cerveza es la muestra de que Dios nos ama y quiere que seamos felices".

martes, 9 de junio de 2015

Esto no es discutible

Hola a todos queridos míos. Si miro atrás y oteo al horizonte mirando desde que escribí la última entrada, me parece muy lejano, pero no hace tanto. Más de lo que me gustaría, pero menos del que creía que había pasado. La falta de tiempo en estos tiempos (válgame me la redundancia) es algo común, y como soy un hombre moderno, no soy diferente.

Pero vayamos a lo que nos trae aquí: La cerveza. Bendito caldo que tantas alegrías nos da. La gente tiende a diferenciar las cosas de una manera muy clara. Precio y calidad.

Todo el mundo sabe que la calidad tiene un coste, que se ve repercutido en el precio final. Voy a poner unos ejemplos para que comprendamos todos lo que quiero decir antes de profundizar:
Panamá Jack es una empresa de calzado lo suficientemente conocida como para que comprendáis a lo que me refiero. Panamá Jack hace unas botas estupendas y no son precisamente baratas, pero unas que te compras, duran mucho tiempo. Calidad/precio: Muy bien. Si te compras unas botas de Carrefour, la goma se desgasta en un tris y en menos de un año te has de comprar otras, os lo aseguro. Calidad/precio: una mierda.

Con este sencillo ejemplo comento algo tan esencial como esto: Si por el precio de una cerveza artesana te compras un pack de latas del Mercadona,te felicito. Compras leche Pascual, Pan Bimbo, galletas Cuétara, Donuts Panrico, congelados Pescanova y ron Barceló. Sin embargo, a la hora de tomaros una cerveza os gastáis menos que un eunuco en meretrices.

Venga, seamos serios. El placer, el sano y nutritivo placer de una cerveza, o de cualquier otra cosa que sea de calidad y que nos dé una subida de endorfinas tiene un precio. Varía en dependencia a lo que escojamos, pero os aseguro que no hay comparación entre una buena cerveza natural y una lata de algo que sale de fermentar subproductos que le llegan al fabricante en otra lata.

Voy a ser el que lance la primera piedra, por que yo también he caído en eso, y por ello conozco las diferencias entre lo que es y lo que debería ser. He probado de las mieles del buen caldo, y he degustado los placeres del paladar. Y os insto a que hagáis lo mismo. Os aseguro que no querréis volver atrás.

Sin ir más lejos, estando en un evento familiar, tuve la oportunidad de volver a catar una de esos refrescos alcohólicos a base de cebada, maíz y arroz con algo que dicen es lúpulo de una famosa marca mediterránea con un astro de menos de seis puntas y más de cuatro, de apellido bávaro. No miento cuando digo que me pasé ipso facto, tras el primer trago, a la Coca Cola.

Bocapija o morrofino podrían ser un par de peyorativos adjetivos para referirse a mí, y sin dudas serían ciertos. Pero no llevamos siglos mejorando el sabor de las cosas para acabar tomando semejantes productos dañinos para la sensibilidad de nuestras lenguas. No llevamos años intentando promover los productos de autor, los productos artesanos y de calidad frente a las barbaridades de las grandes casas, que han olvidado lo que es auténtico y comercializan subproductos de lo que debieran ser para que la gente se gaste más dinero por que sí. Lo hacemos, porque el hombre esta en este plano existencial, y tiene la capacidad de gozar, y lo justo es que gocemos con algo digno de ser mencionado. Necesitamos disfrutar de nuestra mortalidad y necesitamos hacerlo bien.

Si crees que beberte cuatro latas de algo con colorante E-150D te va a hacer feliz, hazlo. Te aseguro que solo si desnudas tu mente y pruebas una significativa alternativa natural podrás decir que has gozado con una cerveza. Y esto, no es discutible.

Si no me crees a mí, pregúntale a cualquiera que haya pasado por mi tienda a tomarse "una normal". Lo que se beben, les cambia la cara y los conceptos precipitadamente establecidos de lo que es la cerveza.

No me enrollo más. Solo espero que esto que os digo no caiga en saco roto. Vivid un poco, bebed bien, y disfrutaréis de verdad de esta vida y sus placeres no pecaminosos.

Espero que os haya gustado y disfrutéis tanto como yo disfruto de escribiros. Salud.

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